(Claudio Blanco) Fue histórico, con todas las letras de molde. Y esa historia que mañana estará escrita, se vivió y palpó ayer en la treintena de micros colmados que tardaron más de 2 horas para cubrir el trayecto entre Varela y el estadio de Lanús, escenario que Defensa y Justicia utilizó para hacer de local en su debut en un Torneo Internacional oficial (ya había participado en 2014 en la Copa Tijuana, en México) y en el clima del estadio que nada tenía para envidiar a los llamados “grandes” del fútbol Argentino, dónde unas 15 mil almas cantaban al unísono por ese equipo verde y amarillo que asomó en la AFA en 1978 en la Primera “D” y que ayer le tocó ser anfitrión de São Paulo, el equipo supercopero del continente por excelencia (¡Y éste sin verso, mucho más que Independiente!). Por ello, a más de uno de los que estuvieron en aquél partido con Cañuelas y quienes, como quien suscribe, lo siguen desde los viejos y vacíos torneos de la “B” Nacional de 1990, se le piantó un lagrimón. Si el lejano y cercano encuentro en San Juan con San Martín del 14 de mayo de 2014 aún parece que no fue real, lo de ayer parece producto de un dibujante soñador que lo plasmó en algún cuadro. Pero nada más lejos de eso, ya que todo fue real. Y, encima, el Halcón -sí, ese mismo humilde equipo con base en un barrio dónde otrora había frondosos eucaliptus, calles polvorientas, quintas por doquier, vacas pastando con las mojas del convento Las Azules y un matadero que ofrecía un maloliente aroma a las tardecitas de los sábados- pasó por arriba desde lo fútbolístico al conjunto brasilero.

Y no fue triunfo por esa maldita racha de la no conversión que viene sufriendo Defensa en éste año. El equipo de Beccacece hace todo bien -o casi-, porque a la seguridad de Gaby Arias (nos salvó el partido), se suma la calidad del joven Alex Barboza en el fondo, la experiencia de Jonás en el medio, la velocidad de Rivero y el ímpetu de Bouzat, Stefanelli y Kaprof, le toque a quien le toque, y la pegada de Ríos.  Ahí detengámonos, porque ahí está el tema: solo Andrés Ríos cuando entra le pega entre todos los delanteros. Los chiquitos son atrevidos, con pasado de potrero acaso, pero sin llevar ese peligro fatal de un gol, sin resolver todo lo bueno que generan. Por eso el gusto agridulce del final, ante Boca y ante São Paulo. Es que siempre quedás hablando de lo mismo con quien te crucés y siempre es la misma conclusión: “Defensa juega mejor, pero no hace goles”. Nada más para agregar en este punto.

Y si ésta jornada de miércoles fue histórica ¡ni te cuento lo que será el 11 de mayo (mayo es el mes del ascenso, recuérdenlo los cabuleros) en el Morumbí! Si, es verdad, habrá que mínimamente empatar en cero para forzar penales, o con goles para clasificar. Pero ya el hecho de salir a jugar allí por una Copa será tremendamente emocionante para el Halcón y, si alguno de los lectores se jacta de haber  sobrellevado cardiológicamente bien el ascenso a Primera y el partido de ayer, no olvide pasar antes del viaje a territorio paulista por su médico de cabecera.

Eso sí, estimados, toda ésta historia no será la misma si el lunes Defensa no le gana a Olimpo de local, un rival directo por el descenso. En el cielo la Copa, en la tierra el verdadero objetivo: permanecer en la Primera División.

Es un semestre intenso. A un plantel limitado desde la cantidad de jugadores, se le suma ahora el esfuerzo extra de las múltiples competencias, sin olvidar que ya hay rival para la Copa Argentina. Se que no es fácil volver de unas lindas vacaciones y de golpe y porrazo ponerse a trabajar en la rutina diaria con la obligación de tener que hacer una excelente labor. Pero así es ésto, ayer con São Paulo por la Copa, el lunes con Olimpo por el descenso, luego Unión, Lanús, Belgrano, Godoy Cruz, Independiente en algún momento, otra vez São Paulo en Brasil y, dos partidos con los vecinos del barrio, a quienes el Halcón puede dejar tecleando y a punto de descender.

Pero lo más importante de ésto es que en un abril cualquiera de los ’80, ’90 y los 2000 estábamos lidiando con San Martín de Burzaco, San Miguel, El Porvenir, Cipoletti de Río Negro, Morón, Deportivo Armenio y, en lo mejor de los casos, un Quilmes, Chacarita o Banfield. Qué lejos, mama mía, parece todo aquello. Tan lejos como otrora nos parecía algún día llegar al hoy. Pero el hoy es real, y por ello hay que seguir acompañando con Olimpo tanto o más que ante Sao Paulo. Si, es verdad, el bolsillo hace ruido como la panza cuando tiene hambre, por eso si no podés ir a la cancha, al menos sumá tu aliento por la tele o la radio, aunque éste periodista de más de 4 décadas de edad te sugiera que apuestes a la radio y sobre todo a la emisora local, la que estuvo siempre: ante Midland ayer y ante Sao Paulo hoy. Y unos pesos más póngale a nuestro equipo periodístico, que es el único que estuvo en Midland, pero también en las solitarias canchas del Interior cuando nadie cubría esos partidos y, encima, te acercó los ascensos del ’97 y 2014 y los partidos desde la extraña Tijuana, entre otras tantas emociones.

La historia se construye con aquellos potreros y con los gigantes de hoy. El lunes con Olimpo, a ganar.  Luego el resto.  Pero ayer, Defensa: ¿Quién te quita lo bailado?

(Fotos: Oleima)

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