Defe-Quilmes_delgado(Radio GBA / por Claudio Blanco) Defensa perdió 1 a 0 con Quilmes y dejó en el camino la chance de volver a sumar de a 3 en su estadio. Además, cortó una racha de 4 victorias al hilo de local. Y cayó en el Clásico jugando muy bien, especialmente en el segundo tiempo, dónde el Halcón fue superior en todas sus líneas respecto al Cervecero pero, como es ya un karma, penó al no saber definir las situaciones de peligro generadas. Así, ya sea por falta de puntería, o por el travesaño, o por la buena actuación del arquero Benítez, el arco de Quilmes fue impermeable y la visita se quedó con un triunfo altamente festejado.

Ante un muy buen marco de público, digno de un clásico aunque ya sin ser el partido más importante del año como otrora en el ascenso, el equipo de Ariel Holan volvió a recuperar su sello de buen juego, pero no puede quitarse -ni parece haber grandes expectativas que lo hará hasta el final de temporada- el estigma de “no definidor” de partidos. Así, Quilmes tuvo en los pies de Bieler la definición soberbia que nosotros envidiamos. En el primer tiempo, cuando los albos se avivaron de pasar el balón por los pies del “Drupi” Gómez, éste generó los espacios para Canelo y el propio Bieler y fue así que lastimó hasta la conversión.

En el complemento, Defensa fue decidido al empate. Y no lo hizo a tontas y a locas, sino de manera contundente y ordenada. Pero todo ello hasta el área, porque una vez allí, diversos factores evitaron la caída del arco de Quilmes, especialmente por carecer de la efectividad del mencionado Bieler, por ejemplo. Eso sí, el arbitraje de Baliño -como siempre- nos fue perjudicial, y no por la correcta expulsión de Bertocchi (dueño de una traemenda plancha), sino porque no expulsó ni a Braña, ni a Romero ni a… En fin, pero lo peor fue que no cobró dos penales claritos: uno a Julio Rodríguez en los primeros 45, y el segundo una manop clara en el área de un defensor Cervecero. Mucho para un Defensa que no encuentra la manera de plasmar en la red lo bueno que realiza en el campo de juego.

Fin de un precioso sábado con luna roja pre-eclipse. Fin de una tarde dónde Defensa podría haberse asegurado la permanencia en la categoría y evitar que Quilmes escalara tanto en la tabla de posiciones, amén de sus merecimientos. Mucho premio para la visita. Sabor a poco para el local. Aunque, sincerémonos, si seguimos errando tanto en el arco de enfrente, éstos sinsabores serán rutinarios. Pero confío en que se revertirá algo, al menos hasta el fin de la temporada. Luego, con el temprano receso, los directivos serán los encargados de buscar “ese” 9 de área tan codiciado. Será un tema nada fácil. Por ahora, a seguir jugando bien y a esperar que los muchachos que hoy están allí, cerca del arco rival, se iluminen. Al menos, con una linterna de 12 volts. Con ello, bastará.

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