(Claudio Blanco) “No hay un motivo por el cual lo llamamos Defensa y Justicia” me apuntaba a fines de la década del ’90 el recordado Alfredo Scrocchi, socio fundador del Club Social y Deportivo Defensa y Justicia. El, fallecido años después, era por aquél entonces el único hombre fundacional con vida y en la entrevista que me había concedido en su chalet de la calle Mitre y España tiraba por la borda el mito de que el nombre se debía a un grupo de abogados y jueces. Nada más alejado: Scrocchi fue luego abogado y político (concejal radical en Florencio Varela durante el peronismo entre 1950 y 1952), pero en 1935 él y el resto eran todos pibes que se juntaban en un campito (bueno, casi todo Varela era “campito”) sobre la calle Mitre -cerca de dónde yo concretaba esa charla- donde usaban la carroceria de un viejo auto como vestuarios, apuntando que por ese entonces un “auto viejo” era una reliquia vetusta de los años ’20 y todos tenían techo alto, tipo “cuadrados” o “palanganas”. Ese piberío decidió formar un club, y alguien disparó “llamémosle Defensa y Justicia”; gustó y quedó.
La refundación de la institución fue en 1977, con la afiliación del equipo de fútbol a la Asociación del Fútbol Argentino, y hoy lo encuentra en la Primera División, en un ascenso único en tan corta historia de nuestro fútbol.
RESUMEN DE SU HISTORIA
Aníbal Girón, un socio histórico del club, nos resume la historia:
Allá por el año 1935, un grupo de amigos formaban un equipo que jugaba en el potrero del barrio de los Calvi y se hacían llamar “El club del Auto Viejo” porque en la carrocería de un auto abandonado tenían algo parecido a un vestuario. Pero la pasión futbolera aumentaba, querían continuar en lo posible con un Club con secretaria y todo. Así nació a la vida el 20 de marzo el Club Social y Deportivo Defensa Y Justicia, en el galpón repleto de forrajes de don Eugenio Calvi.
Según relato de Juan (Chichín) Pagani, Socio Fundador Nº 5, estuvieron presente Don Antonio y Modesto Vives, Ernesto, Elido, Ricardo y Martín Calvi, Joanin Poldo, José Forneris, Alfredito Scrocchi, Lindo Roselli, Juan Pagani, el “Pibe” Ferioli, y algún otro que tal vez el tiempo lo escondió detrás de un fardo de pasto. El problema era ponerle el nombre al Club. Uno del grupo, que luego no sabíamos quién era, dijo “Defensa y Justicia”. Y el nombre agradó, pero por ningún motivo en particular… en fin, quedo así.
La primera comisión directiva quedó formada de la siguiente manera:
Presidente: Antonio Vives, Vicepresidente: Ricardo Calvi, Secretario: Alfredo Scrocchi, Pro Secretario: Modesto Vives, Tesorero: Elido Calvi, Pro Tesorero: José M. Rosselli, Vocales: Cándido J. Calvi, Antonio Ferioli, Juan Forneris y Ernesto C. Calvi.
Su primer lugar de reunión fue en Bartolomé. Mitre Nº 443, donde dio comienzo la vida pujante de la “Institución”, contaba Chichin, y a los dos meses se trasladaron a un lugar más cómodo sobre la misma calle al Nº 387.
En la primer reunión se puso a prueba la solidez de la Tesorería, al solicitarse autorización para invertir $ 3,50 ( tres pesos con cincuenta) en la compra de un sello y almohadilla, y en la siguiente reunión el impacto fue mayor para la arcas no muy nutridas de pesos, al tener que abonar $ 16.- ( dieciséis pesos) por la compra de dos pelotas de fútbol, una para los partidos y la otra para entrenamientos.
Otro problema fue la elección de los colores de las camisetas, se decidieron por el color azul con vivos blancos en los puños.
El primer encuentro se disputó con el “Club Cultura”. El equipo estuvo integrado por los siguientes defensistas: Andino, Cafferata, Onésimo Villava, Modesto Vives, Vicente Cortina, Leopoldo Forneris, Julián Malceñido, Elido y Ernesto Calvi, Pancho Barbalan, Alfredo Scrocchi, José Negro, Juan Pagani, Lucas Ferrere y Lindo Rosselli.
La cancha la consiguió José Negro frente al almacén la Colorada y en junio de ese año la trasladaron a la calle Pringles entre Mitre y Boccuzzi, para finalmente ocupar el terreno de la calle Lavalle entre Gral. Paz y Entre Ríos, donde ya contaban con una casilla para vestuarios y baños que se usaron hasta que el fútbol dejo de practicarse en la Institución.
El Club seguía creciendo a ritmo acelerado porque los socios llegaban de distintos lugares cercanos. Cuando ya pasaron los 500, necesitaron un lugar más amplio para brindar mayor comodidad a los socios y se trasladaron por medio de las gestiones de don Abel López, a una propiedad muy amplia ubicada en la Av. San Martín Nº 347. Allí construyeron una cancha de bochas techada, la 1ª en la zona y una cancha de básquet donde se realizaban grandes reuniones bailables, y así fue que por primera vez una institución varelense llegó a tener más de 1000 socios.
Así fue que se bailó con grandes orquestas que sólo eran privilegios de la Capital Federal, como Juan D´Arienzo, Biaggi, Caló, Oscar Alemán, Malerba, etc.
Luego de varios años la estrella defensista pareció perder su brillo y decayó notablemente, pese al entusiasmo de los que quisieron apoyarlo, durante mucho tiempo. Pero el destino quiso marcar otro gran momento en la vida del Club y un grupo de amantes al Fútbol en el año 1977, se reunieron con el presidente del club Norberto (Tito) Tomaghello y junto con otros muchos apasionados varelenses, se animaron a emprender una gran cruzada, la de afiliar al club a la Asociación del Fútbol Argentino. Ahí,comienza otra historia, la más conocida.
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