(Radio GBA / Télam) El Gobierno endeudó al país por 16.500 millones de dólares a través de la mayor colocación de títulos de Argentina, a una tasa promedio del 7,14%. “Con esta colocación matamos tres pájaros de un tiro. Terminamos con el default del 2001, les pagamos a los tenedores de bonos a los que no les podemos pagar desde el 2014, y conseguimos recursos financieros para no hacer un ajuste fiscal”, destacó el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, quien no paró de exhibir muecas de contento, lejos de lo que en realidad significa una pérdida de soberanía económica y un crecimiento de la deuda externa como hacía décadas no se daba.
Durante la presentación de los detalles del acuerdo con los buitres y la nueva emisión de deuda realizada por el Estado argentino, el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, advirtió que el Gobierno nacional podría haber emitido más títulos públicos que los 16.5000 millones de dólares colocados en la víspera en el mercado internacional, a un interés promedio del 7,2 por ciento, pero optó por esa cifra convencido de que “en el futuro las tasas seguirán bajando”.
Afirmó además que con esta decisión “el país cerraba los default del 2001 y del 2014” (Sic), volvía a los mercados internacionales, y que esta sería la última emisión de deuda de 2016, aunque no descartó que los holdouts que todavía no aceptaron el nuevo canje hagan nuevos reclamos.
Más adelante precisó que los 220 acuerdos firmados con distintos bonistas representan 9300 millones de dólares, con una quita del 40 por ciento del capital reclamado en sede judicial. El funcionario destacó los beneficios de pagar en efectivo con el argumento de que si se les hubiera pagado con bonos la tasa de interés hubiera trepado al 11,5 por ciento.
Entre otras consideraciones, afirmó que “hasta hace cuatro meses la Argentina era irrelevante para el mundo y hoy hemos recibido la demanda más grande de deuda de un país emergente”. Por último destacó “el apoyo notable del Congreso para ser parte del mundo” y advirtió que “sin acceso al crédito hubiéramos tenido que hacer un ajuste fiscal” más severo.
De esta manera, Prat Gay se refirió a lo que se manejaba en el mercado financiero, donde YPF pagó una tasa del 8,5% en marzo para colocar un bono a diez años de plazo, o el 9,25% que hace un año pagó el ex ministro de Economía, Axel Kicillof, o el 16% que se le pago por préstamos a Venezuela.
El Gobierno pagó ahora 7,5% anual por 6.500 millones de dólares a 10 años, la mayor colocación de los cuatro botos emitidos. También colocó 2.750 millones de dólares en un bono a 3 años, otros 4.500 millones a 5 años y una tasa del 6,87%, y 2.750 millones a 30 años u una tasa del 7,.62%.
Prat Gay adelantó que con parte de estos, fondos, 9.300 millones de dólares, pagará los juicios y los arreglos extrajudiciales de 220 tenedores de bonos “de todo tipo y color” que no entraron a los canjes del 2005 y 2010. “De esta manera quedan totalmente finalizados los litigios en la corte de Nueva York, y queda abierta esta propuesta, que implica una quita del 40% sobre lo que se ordena pagar en sede judicial, para quienes quieran cobrar”, dijo el funcionario.
Junto a este pago “se trabajará para abonarles los 3.000 millones de dólares que se le deben desde el 2014 a quienes entraron en los canjes” y cuyos pagos trabó el Juez de Nueva York, Thomas Griesa, hasta que Argentina no le abone lo que le debe a los holdouts.
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