(Radio GBA / Tiempo Argentino) Tras el rechazo de la Corte de Estados Unidos a la apelación nacional contra los fondos buitre, la mandataria aseguró que “el país tiene voluntad de negociación, lo que no tiene es voluntad de ser sometida a extorsión”. Con un mensaje por cadena nacional cargado de contenido político y alejado de los anuncios grandilocuentes con los que se especuló durante toda la jornada luego de que la Corte de Estados Unidos rechazara la apelación de la Argentina en el juicio con los fondos buitre, la presidenta Cristina Fernández cuestionó ayer la decisión de la decisión del máximo tribunal y, tras pedir “distinguir lo que es una negociación de lo que es una extorsión”, confirmó que el país afrontará el pago a los bonistas que ingresaron al proceso de reestructuración de deuda: “La Argentina no va a defaultear su deuda reestructurada.”
El discurso se enmarca en la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos que rechazó la interpretación de la cláusula pari passu de los bonos de deuda realizada por Argentina, lo que dejó en vigencia el fallo del juez Griesa, que determina que Argentina no trató igualmente a los fondos buitre respecto de aquellos bonistas que entraron en los canjes 2005 y 2010, y que exige el pago de la totalidad de lo adeudado, que según la presidenta implica una suma de U$S 1500 millones. De esta manera, el fallo le obliga a pagar la totalidad de la deuda a los buitres, o a cambio se le podrán incautar fondos y activos comerciales de la Argentina.
“El país tiene voluntad de negociación, lo que no tiene es voluntad de ser sometida a extorsión”, afirmó la mandataria durante el mensaje que anoche grabó en su despacho en la Casa Rosada y que fue emitido minutos después de las 21 por cadena nacional. En esa misma línea, y tras recordar los recientes acuerdos con la petrolera española Repsol y con el Club de París, diferenció los términos de una negociación de los de una extorsión: “Hay que distinguir, son dos conceptos diferentes. Todo dirigente tiene que estar dispuesto a negociar. Lo que no puede hacer un presidente de una Nación es someter a su país y a su pueblo a una extorsión semejante.”
La posibilidad de embargos de los fondos argentinos pone en jaque el pago a los bonistas que entraron en el canje 2005 y 2010, que se realiza a través del Banco de Nueva York. Es por esto que la situación se acerca a una instancia de default técnico, en la cual el gobierno no podría seguir pagándoles a los bonistas que confiaron en el país por no pagarles a aquellos que decidieron ir por la vía litigios. Por ello, Cristina se dirigió a “los millones de argentinos, pero también al 92% de los acreedores que creyeron en la Argentina”, aseguró que el país cumplirá con sus obligaciones porque “la vocación de la Argentina es pagar”. Aseguró que el fallo es contrario a los intereses del 92% de los acreedores, porque pide el pago del 100% para los buitres, en desmedro de quienes decidieron entrar a un canje con quita. Indicó que también va en contra del “sistema financiero y económico global”, y destacó el apoyo que la postura argentina recibió de muchos países.
La presidenta repasó la historia de la deuda argentina, a la que calificó como “el cepo más formidable que atentó contra el crecimiento y desarrollo de la Argentina, que generó pobres, atraso, falta de inversión en infraestructura”. Tras destacar que creció exponencialmente a partir de 1976, destacó el Blindaje de 2001 –”una operación ficticia, un pasamanos de dinero que derivó en un gran ajuste”– y el Megacanje, que –según analizó– tuvo como tuvo como “autor intelectual” y beneficiario directo al ex secretario del Tesoro de Estados Unidos, David Mulford. La presidenta criticó también a la justicia por “haber dejado prescribir” la causa por el Megacanje. (Ver aparte)
Cristina indicó que el fondo NML adquirió los bonos en 2008 por 48,7 millones de dólares, y que Griesa obliga a la Argentina a pagarle U$S 1500 millones “todos juntos, sin plazo, uno arriba del otro frente al 92% de los otros bonistas, que aceptaron quitas”. Asimismo, resaltó que el problema es que el resto de los holdouts pueden reclamar por sus deudas, lo que suma un total de U$S 15 mil millones, “más del 50% de las reservas de su Banco Central”.
“No me sorprendió, yo esperaba este fallo”, al que adjudicó el carácter político de legitimar una “forma de dominación global financiera” que “si se sigue consolidando, va a generar tragedias de dimensiones”.
“la estafa más grande en la historia argentina”
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner calificó ayer al “Blindaje” y al “Megacanje” –instrumentados en los últimos años de vigencia del sistema de Convertibilidad– como “la estafa financiera más grande en la historia argentina”, en un mensaje publicado a través de la red social Twitter.
Desde su cuenta personal @CFKArgentina, la jefa de Estado compartió un enlace a su página web en la que presentó un resumen de esas operaciones, entre las que destacó la reciente prescripción de la causa en la que se investigaron presuntas irregularidades en el Megacanje por las que estuvieron procesados el banquero David Mulford y funcionarios argentinos.
Relató que la operación “generó una causa penal que prescribió” el pasado 6 de junio, ya que “el paso del tiempo y la inacción de jueces y camaristas llevó a que David Mulford, al que no se pudo interrogar, fuera sobreseído, y también otras personas que intervinieron en esa operación”. Opinó que “es curiosa la velocidad de algunos jueces, algunos fiscales, en algunas causas mediáticas y políticas”.
los ejes centrales de la disputa
El costo económico del fallo: según Cristina, la deuda de los buitres es de U$S 1500 millones, mientras que si se suman los otros holdouts, serán U$S 15.000 millones, más de la mitad de las reservas del Banco Central.
Garantía de pago: para aquel 92% que entró en el canje 2005 y 2010, Cristina dijo que el gobierno tiene “vocación de pagar” y que ” Argentina no va a defaultear su deuda reestructurada”.
Negociación soberana: Cristina no negó la posibilidad de una negociación con los fondos buitre. Sin embargo, la presidenta calificó la actitud de los buitres y la justicia de EEUU de “extorsiva”, y dijo que un presidente no puede “someter a su país y a su pueblo a una extorsión semejante.”
Dominación financiera: la presidenta calificó al fallo como “la convalidación de un modelo de negocios a escala global” que gana a costa de países deudores.
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