(Télam) La cúpula de la Iglesia Católica argentina ayudaría a las Abuelas de Plaza de Mayo aportando datos para la recuperación de más nietos, que son aquellos bebés de papás desaparecidos durante la feroz dictadura militar de los ’70 que contó con el apoyo eclesiástico por aquél entonces. Movida por el Papa Francisco, anterior Cardenal Primado de nuestro país, Monseñor José María Arancedo -titular de la Conferencia Episcopal Argentina- se reunió con Estela de Carlotto, la presidenta de Abuelas.
Carlotto, manifestó su “esperanza” de poder “elaborar estrategias comunes con la Iglesia” en la búsqueda de los nietos apropiados por el Terrorismo de Estado, luego de la reunión mantenida ayer con Arancedo. En el encuentro, al que asistió junto con las abuelas Rosa Roisinblit y Buscarita Roa, Carlotto subrayó la importancia del documento que Arancedo les entregará y que se refiere a la exhortación hecha por los obispos de todo el país a los prelados para que “brinden datos sobre el paradero de niños robados, o conozcan lugares de sepultura clandestina”. Se trata de un documento surgido en noviembre pasado durante la 104º Asamblea Plenaria de los Obispos de la República Argentina, en la que los prelados de todo el país promueven “un estudio más completo con el fin de buscar verdad” sobre el destino de los hijos de los desaparecidos.
“Fuimos sorprendidas porque desconocíamos ese documento y es muy importante porque claramente expresa el compromiso de la Iglesia por resolver esas deudas pendientes producto del Terrorismo de Estado”, dijo Carlotto en declaraciones a FM Vorterix. Para la titular de Abuelas, este documento “permite poner en práctica estrategias comunes con la Iglesia” y resaltó el apoyo que puede brindar la juventud al llamado de la Iglesia, tras el “acompañamiento masivo que tuvo el Papa Francisco” la semana pasada en Brasil donde se celebró la Jornada Mundial de la Juventud. Por otra parte, al ser consultada sobre la fuga de los represores condenados Jorge Olivera y Gustavo De Marchi, mientras aguardaban ser atendidos en el Hospital Militar Central, Carlotto dijo que “es indignante” y reiteró el pedido “de las Abuelas y de toda la sociedad para que sean muy bien vigilados”.
“Son delincuentes peligrosos que merecen el mismo tratamiento que cualquier preso peligroso”, señaló al advertir que tanto en San Juan -donde se encontraban cumpliendo prisión- como en Buenos Aires, “tiene que haber una investigación y que la justicia se encargue de aquellos que tienen que rendir cuentas”.
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