(Radio GBA) El gobierno de Cambiemos está de parabienes puertas adentro, y no por un acierto económico o una medida bien tomada para beneficiar a las clases populares, sino por el caso de José Francisco López, el exsecretario de Obras Públicas de Néstor y Cristina Kirchner tras su detención mientras tiraba bolsones de dólares a un convento. Ese hecho intensificó los titulares de los medios hegemónicos afines que requieren de la derecha en el poder, y despejan a la opinión pública de la atención en la cada vez más comprometida realidad social y económica a la que lleva la gestión Mauricio Macri, con una alta transferencia de recursos a los sectores concentrados de poder y las clases más acomodadas del país. Hasta una nota de opinión publicada en Clarín éste domingo retrató la alegría que desató esa triste noticia dentro del seno del gobierno, como una manera de tener lugar por un tiempo para profundizar éste modelo neoliberal que hace mella en las clases sociales más bajas y se encuentra bien lejos de lo popular.
Como parte de una crónica sobre diversas encuestadoras publicada en Página/12, se hace referencia a Artemio López, de la consultora Equis, respecto al impacto del caso López y su indefendible millonada de dólares provenientes, casi con seguridad, de coimas por obras públicas: “Este caso (José Francisco López, exsecretario de Obras Públicas del kirchnerismo) es un capítulo más de la saga destinada a desacreditar la gestión kirchnerista en general e intentar dañar la imagen de la ex presidenta Cristina Kirchner. Es particularmente espectacular y el componente narrativo, en especial su impacto en medios masivos, resulta muy eficaz para desplazar la agenda de opinión pública hacia costados menos comprometidos para el oficialismo que la aceleración de la crisis socioeconómica que ya asume una magnitud inimaginable para sólo seis meses de gobierno”.
“Caída de dos puntos del PBI, inflación por sobre el 43 por ciento , salarios convencionales pactados a la baja en torno al 30 por ciento anual y 250.000 nuevos desempleados con un aumento inédito de la pobreza que sumó 1,7 millones de nuevos pobres sólo en el Gran Buenos Aires, pasando del 22 por ciento en diciembre al 35,5 por ciento en abril de 2016. Según la actualización de abril del relevamiento de pobreza del Instituto Germani de la UBA, si se toma como población de referencia el GBA (Conurbano más CABA), en valores cercanos a 12,8 millones de personas, entre diciembre y finales de abril las personas en situación de pobreza pasaron de 2.816.000 a 4.544.000. Y las que viven en la indigencia aumentaron de 752 mil personas a 985.600, un crecimiento sin antecedentes en solo seis meses”.
Ricardo Rouvier, de Rouvier y Asociados, piensa que “respecto al kichnerismo, es indiscutible que el efecto es negativo. Es difícil precisar el grado o la intensidad del impacto, eso se irá viendo, pero no hay duda que ha dado en el blanco. Ha provocado la aceleración de los debates internos, que ya se estaban dando como efecto retardado de la derrota electoral. Da la impresión que el caso López fue un catalizador, para poner más a la luz los conflictos y contradicciones internas que el kichnerismo tiene, no en relación a la interpretación del pasado, sino al diseño del futuro. Los grandes temas, hoy, acucian al kichnerismo; tales como: la necesidad o no de una organización política superior a sus superestructuras, la construcción de mayorías, la adopción de un perfil opositor, la correcta caracterización de la relación de fuerzas con la derecha, y la política de alianzas; marcan la agenda obligada del debate. Es indudable que el kichnerismo no solo lucha por su sobrevida, sino que esa sobrevida tiene mucho que ver con la valorización de lo hecho y su capacidad para no repetirse”.
“Esto salpica a todo el partido gobernante hasta el 2015” –señala Analía Del Franco, de Analogías. “Es complicado que la opinión pública logre una fina discriminación de lo sucedido. Por ejemplo, el alfonsinismo pensaba en 2001 que aquella crisis se llevaba puesto sólo a De la Rúa, no a la UCR. Fue una forma inocente de pensar las cosas. Cambiemos se encargará también de empujar para que todo el peronismo pague el pato. Por lo menos por un tiempo, ya que requiere de que el peronismo esté mal para continuar gobernando, sobre todo frente a una realidad complicada económicamente”.
Festejo
Prácticamente todos los consultores perciben que obviamente el caso López favorece a la Casa Rosada. “En Cambiemos fue una semana de festejos –señala Bacman–. El caso López les cayó del cielo, como una bendición en medio de fuertes tempestades. Para la opinión pública la gestión del gobierno nacional está pasando por su peor momento desde que asumió seis meses atrás. Indicadores de imagen del presidente y aprobación de su gestión han bajado en torno a los quince puntos porcentuales. Las promesas de campaña se han convertido en una asignatura pendiente. ¿Quién se acuerda de ‘pobreza cero’? Deben ser muy pocos: hasta el Observatorio Social de la UCA concluyó que la pobreza en Argentina se ha incrementado este último semestre”.
“La explicación de la ‘pesada herencia’ ya no alcanza para justificar los altos índices de inflación, los tarifazos, el aumento incesante de la desocupación, y la sensación, fuertemente instalada, de que los sueldos no alcanzan para llegar a fin de mes. Esa es la asignatura pendiente que la actual gestión debe superar. Pero apareció el caso López y más de un funcionario pensó que se venían, milagrosamente, nuevos tiempos. ¿Será posible? Todo puede ser. Sin embargo, nunca hay que perder de vista un principio que proviene de la física: inexorablemente el sol sale por el este y se pone por el oeste; pero nunca, y bajo ninguna circunstancia, se puede tapar con las manos”.
“El gobierno gana tiempo –piensa Analía Del Franco–, pero para mi no existe que la corrupción anterior impida que la gente se siga quejando, pero es cierto que gana tiempo con el peronismo debilitado”.
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