(por Claudio Blanco) Sergio Massa, flamante diputado electo por su propia fuerza política, ganó con el Grupo Clarín detrás y maquillando su discurso.

El ex Jefe de Gabinete de Cristina Kirchner, que poco duró en su cargo por sus ideas opuestas a lo nacional y popular, ganó acaparando los votos “antikerchneristas” y no por convencimiento absoluto de todos quienes lo han votado. Llevó a la cola de su lista una gran mayoría de candidatos a concejales que son de la vieja política y otros que habían sido marginados en sus distritos por diversos hechos bochornosos, inoperancia o simplemente porque siempre están serpenteando las distintas fuerzas políticas para mantenerse en una banca a concejal sin importar ni especificar el modelo de país que quieren y con dudosa vocación de querer representar a sus vecinos. En su lista también aparecen ex intendentes manchados de corrupción y gremialistas de choque que acceden a una banca de la misma manera que Massa ganó en la provincia, es decir por el voto “anti”, con la salvedad de que en las comunas acceden por la fiaca de mucha gente a cortar boleta en el cuarto oscuro y no, insisto, por convencimiento y creencia en los candidatos.

Massa quiere ser presidente y saltar a la Rosada desde una intendencia de Tigre que no es “color de rosa” como lo intenta mostrar. Su Tigre está llena de cámaras de seguridad en el sector turístico y céntrico, pero tiene un territorio pobre y profundo que recorren día a día compañeros de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo -CNCT- que dista mucho de ser una zona segura y hermosa. Aclaro que la CNCT no va a contar los dólares de los vecinos, sino a coordinar Programas de trabajo, como Capacitación con Obra, para vecinos agrupados en cooperativas que logran así la cultura del trabajo y pan de cada día en sus hogares. Allí, en los barrios más humildes, la intendencia local no les dio ni les da cinco de pelota.

En Massa se ve reflejado todo aquél empresario e industrial que quiere tener billetes verdes en su mano obtenidos en las mesas de dinero y los que buscan resembrar el país de instancias tales como la flexibilización laboral (¿se acuerdan?) y el enriquecimiento de unos pocos a costa de la mayoría, gracias a los consejos de gurúes del Fondo Monetario Internacional. Claro, así seremos “bien vistos” y obtendremos cerrados aplausos y vítores en los foros internacionales. Lo curioso es que son esos mismos los que se vieron y se ven beneficiados por las políticas económicas del gobierno actual que, además, logró hacer crecer a éste país brindado trabajo genuino a la gente gracias al proteccionismo y al respaldo brindado a la industria, las Pymes y Cooperativas locales. Aún con errores y con mucho por corregir, es el gobierno actual es el que tuvo los huevos suficientes -sin eufemismos- para impulsar leyes claves, mandar a la cárcel a los represores y se enfrentó al poderoso Grupo Clarín, el mismo que volteó el gobierno de Raúl Alfonsín y que fue aliado de la última dictadura militar.

Respecto a ésto de los beneficiados con la dictadura o el menemismo, presten atención a que el ahora diputado Sergio Massa repite en cada entrevista: “basta de discutir el pasado, basta de mirar el pasado, olvidémonos del pasado”. Eso es lo que quieren los grandes grupos económicos que se beneficiaron, justamente, en el pasado: ¡que nos olvidemos! Mirar al pasado no es volver a él, es tener en la memoria lo que sucedió para no cometer viejos errores. Olvidar es, simplemente, una injusticia atroz y un gesto de complicidad. Gracias al kirchnerismo, hoy todos leen “Clarin” con otros ojos, porque saben quienes son y que intereses buscan. Gracias a la nueva Ley de Medios, millones de nuevas radios y canales de TV locales están al aire y revistas y diarios de baja tirada llegan a sus lectores. Los grandes grupos económicos nunca quisieron una nueva ley porque estaban bien refugiados en la anterior, creada por la dictadura.

No alcanza el discurso a favor de “bajar la inflación” o a “pelear contra la inseguridad” si no se es claro el modelo económico de país que buscan los candidatos (ahora diputados) con aspiraciones al sillón de Rivadavia. Y en eso Massa no es transparente: está rodeado y lo seduce la política neoliberal que arrasó en nuestro país con la industria local y dejó a millones de argentinos sin trabajo, pero no lo dice abiertamente. Es su estrategia, es buena desde el punto de vista marketinero, pero es peligrosa porque el trabajador no lo sabe.

Hay inflación, es verdad, y algo desmesurada, es cierto. Y nos quejamos en la góndola ¡pero compramos! ¿se preguntaron por qué? Es sencillo: hay dinero porque hay trabajo. Las últimas protestas en las calles porteñas con cacerolas fueron convocadas por las redes sociales -y algún programa trasnochado del Grupo de Constitución- para las 8 de la noche, cuando todos terminamos de trabajar o cerramos los negocios o empresas, o salimos de las oficinas ¡que legítima, pero que distintas a las cacerolas del 2001 a cualquier hora porque no había ni con qué llenar ni medio de esos utensilios de cocina con comida!

Le falta mucho para lograr armar una fuerza nacional por fuera del PJ, pero publicitariamente le fue bien con el respaldo del Grupo Clarín, que lo bendijo con dulces tapas diarias y festeja como suyo el triunfo, y con un discurso maquillado que repite siempre dualidades tales como “me quedo con el Fútbol para Todos” pero no aclara que haría con los Programas de incentivación de trabajo que hoy se desarrollan a lo largo y ancho del país, con la Ley de Medios que busca acotar el poder de los multimedios, con la Asignación Universal por Hijo, con los Ferrocarriles -que hoy son nuevamente Argentinos y como nunca antes se está invirtiendo en renovación de vías y material rodante- y, lo que es peor, oculta su visión pro-yanqui de la política económica, con apertura plena de la economía (llámese importación de productos terminados y no promoción a lo local), con consecuencias que otra vez pueden ser nefastas para la industria y las pymes nacionales, o sea, para el trabajador en general que tanto se benefició en los últimos 10 años como nunca antes, excepto en los 2 primeros gobiernos del General Perón.

Ganó Massa en la provincia. Festejan en las gerencias de La Nación y Clarín ¿festeja el pueblo obrero?

(Foto: Adrián Escandar)

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