(Radio GBA) La gestión de Martiniano Molina al frente del municipio quilmeño nunca terminó de hacer pie y ahora, con una intervención directa (aunque no escrita) del gobierno de la Provincia de Buenos Aires, decidió echar a más de 400 trabajadores, entre los que se cuentan personal idóneo de áreas sensibles como hospitales, guarderías públicas y en la Subsecretaría de Niñez y Adolescencia. Según informó el Portal “Infogremiales”, y que reprodujo el sitio “Diagonales”, algunas de las notificaciones que recibieron los despedidos se escribe expresamente que el municipio comandado por el cheff culpa al gobierno nacional de Mauricio Macri y al bonaerense de María Eugenia Vidal por la decisión. “No le será renovado el contrato labora que usted poseía con la Municipalidad de Quilmes, por pedido de autoridades provinciales y nacionales, respecto del personal contratado”, dice el texto. Como consecuencia de éstos despidos, la seccional local de ATE inició una huelga que alcanza a los trabajadores de higiene urbana, por lo que desde antes del las fiestas de fin de año no se recolecta la basura en el distrito, lo que hace que el hedor y la descomposición se sientan cada vez con mayor intensidad.

Según el Secretario de Gobierno de Molina, Diego Buffone -a quien le ordenaron que declare ante los medios de comunicación-  “no hubo despidos de personal de planta” y, según el funcionario, “el Municipio realizó este importante ajuste en los puestos de jerarquía, principalmente en las Secretarías, Subsecretarías y departamentos, lo que permitirá realizar un ahorro de 100 millones de pesos que se volcarán a la gestión”.

Lo concreto es que ésta crisis es una prolongación de una errática gestión de Cambiemos que eligió a Martiniano Molina como cabeza de proyecto político en uno de los distritos más ricos de la región, pero que ante su falta de experiencia le sumó socios políticos de diversos signos y etapas anteriores de la política de Quilmes y, además, puso a su padre y a su hermano como líderes políticos y al frente de la tesorería municipal. Un combo para nada positivo.

(Foto: Clarín)

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