(Radio GBA / Diario El Sol)
Una repentina y violenta tormenta de granizo y viento arremolinado azotó ayer a la tarde buena parte del distrito de Quilmes y parte de Varela, Berazategui, Avellaneda y la Capital Federal. Sin embargo, el ojo de la tormenta se desató con furia sobre varios barrios de Quilmes Oeste, especialmente en la zona de la Av. Calchaquí y 12 de Octubre, donde el granizo cayó con potencia, con grandes bolas de hielo y en una cantidad inusual, provocando abolladura de chapas, rotura de vidrios y caída de techos de chapa y garajes. Fue a las 17.45 del lunes, sin que existiera un alerta meteorológico previo.
Una tormenta de granizo provocó severos daños en techos, toldos y automóviles. La piedras comenzaron a caer pasadas las 17.30, minutos después de que el cielo se oscureciera, aparentando una noche en plena tarde. Lo cierto es que el granizo era de enorme tamaño, como el de pelotas de ping-pong y sorprendió a transeúntes y automovilistas, ya que si bien desde el Servicio Meteorológico Nacional se anunciaba la posibilidad, no se preveían piedras del tamaño que cayeron en Quilmes, como así también en la Ciudad de Buenos Aires y en varias zonas del Conurbano Sur, como Berazategui, Florencio Varela, Lomas de Zamora, Banfield, Remedios de Escalada y Ezeiza, entre otras.
La tormenta duró menos de 5 minutos y dejó como consecuencias varios techos con chapas de fibra de vidrio rotos o dañados, tejas rotas y toldos de comercios destrozados.
A su vez, gran cantidad de autos padecieron la furia del granizo y terminaron con marcas en las superficies grandes, como techos, capó y tapas de baúl. Sin dudas, fue un espectáculo para ver, más allá de que a más de uno le costarán un gran dolor de cabeza y un golpe al bolsillo las consecuencias de esta inesperada tormenta que, en Quilmes, pasó con toda la rabia.
La caída de las piedras también afectó los cableados, por lo cual se produjeron algunos inconvenientes en las comunicaciones telefónicas y en el servicio de Internet, lo que motivó las quejas de los usuarios.
El fenómeno continuó su rumbo por otras localidades de la provincia de Buenos Aires, según informó el Servicio Meteorológico Nacional.
En tanto, en el área metropolitana no volverá a llover al menos hasta el jueves. Desde la entidad explicaron que la tormenta caída se debió a una masa de aire inestable que afectó principalmente a la costa uruguaya y al Río de la Plata.
A partir de hoy a primera hora arribará un frente de aire frío y las temperaturas mínimas oscilarán entre 5 y 7 grados y las máximas no superarán los 14. Pese a las bajas marcas térmicas previstas para la jornada, prevalecerá el buen tiempo durante esta semana.
Cayeron postes de luz y se rompieron techos de viviendas
Varios postes de luz cayeron sobre casas en la zona oeste del distrito, en tanto que se registró la caída parcial del techo de un amplio galpón dividido en habitaciones, donde vive una gran cantidad de personas y se produjeron roturas en otras viviendas como consecuencia del granizo que cayó en la tarde de ayer.
El comandante mayor Ricardo Ojeda del cuartel de Bomberos de Quilmes informó que intervinieron para auxiliarr a las familias que viven en Sarratea y Elustondo, en tanto otros servidores públicos hicieron lo mismo en Corrientes y Urquiza, ambas en Quilmes Oeste.
Si bien el tendido eléctrico quedó sin sostén sobre las casas, los Bomberos aseguraron que no fue necesario evacuar las viviendas porque no existía peligro para los moradores si no tomaban contacto directo con el cableado.
Asimismo, se produjo la rotura parcial del techo de un galpón de Sarratea al 2700, que fue subdividido en 21 habitaciones donde vive una gran cantidad de personas. La Subsecretaría de Inclusión y Emergencia Social de la Municipalidad recorrió las zonas más afectadas por el fenómeno climático para ayudar a los vecinos que presentaron algunda dificultad.
Los funcionarios que participaron del operativo informaron que dejaron colchones, abrigo y frazadas en el precario inquilinato de Sarratea 2700 y aseguraron que hoy continuará con la asistencia de los vecinos.
(Foto: Walter Cabrera Hornos)
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